1. Limpiá, recortá y limá tus uñas
Si tus uñas están esmaltadas, presiona un algodón embebido en quitaesmalte sobre cada uña, esperá unos segundos para que afloje y luego limpiá toda la uña desde la cutícula hacia el extremo.
Recortalas con un alicate con pequeños clips de un lado al otro y finalmente limalas dándole la forma que quieras con una lima para uñas suave y refiná los bordes con un bloque de pulido.
Nunca comiences a recortar la uña desde el centro. Esto crea una tensión en la lámina de la misma. ¡Puede desquebrajarse!
2. Suavizá las cutículas y exfoliá
Podes aplicar un poco de crema en tus cutículas y con un palito de madera de naranjo llevarlas suavemente hacia atrás. Exfolia tus uñas suavemente con un bloque de pulido. ¡Cuidado con el Pulido excesivo! Puede debilitar las uñas y causar roturas.
3. Aplica tu Base Coat
La Base Coat crea una barrera entre el esmalte de uñas y la uña evitando manchas. Además actúa como un fijador del esmalte de uñas manteniéndolo en su lugar. Una capa fina alcanza.
4. Aplica 2 capas de Color
Elegí tu tono de esmalte para uñas y aplicá dos capas finas de tu color SEMILLA favorito esperando que seque entre cada capa.
El objetivo de la primera capa es crear una cobertura. La siguiente es para lograr una intensidad de color perfecta.
5. Terminar con tu Top Coat
El Top Coat protege tu manicura y le da un acabado brillante y perfecto. Una sola capa y ¡listo!