Dedicarse un día a una misma a pintarse las uñas es algo muy lindo y relajante. Dedicamos un tiempo a ese esmaltado que tanto deseamos ver en nuestras uñas y, al cabo de unas horas o poquitos días.... ¡bam! Se saltaron las uñas... se salió el esmalte y nos invade la frustración y desesperación del volver a empezar.
¡Pero no desesperes! En esta nota te traemos los errores más comunes que se comenten antes, durante y luego de esmaltar las uñas.
Y si... no todas tenemos que saber absolutamente todo. Por eso, si estás interesada en que no se te salten más la uñas y poder tener una manicura fantástica y que perdure con el correr de los días, seguí leyendo.
1. Utilizar agua en la manicura
Este es el primer error más común.
Dejar las uñas en remojo en agua con jabón durante un rato para ablandar las cutículas para posterioremente retirarlas más rápido no es correcto ya que causa los siguientes problemas posteriores:
- Desquebrajamiento y laminación de las uñas al limarlas estando húmedas
- Expansión de las uñas: Cuando las uñas se expanden, aumentan su tamaño (no es perceptible a simple vista). Por lo tanto, si las esmaltamos con ese tamaño aumentado, al volver con las horas al tamaño original, hará que el esmalte se contraiga y desquebraje, dejando un aspecto como rugoso o de arrugas.
- También es probable que las uñas se astillen.
Es mejor hidratar y hablandar las cutículas con algún aceite de rosas o jojoba y luego retirarlas con un palito de naranjo.
2. Recortar de forma incorrecta
Recortar las uñas muy pegado a la piel del dedo no es bueno ya que podría infectarse.
Nunca recortes tus uñas desde el centro. Siempre hacelo desde los laterales con pequeños clips. Cortarlas desde el centro crea una tensión en la lámina de la uña que hace que se debilite y desquebraje.
3. Usar limas de mala calidad
Es crucial utilizar limas de buena calidad. Limar las uñas es el paso anterior a esmaltarlas y por lo tanto debe hacerse bien.
Es muy importante usar la lima adecuada. Para manicura natural te recomendamos siempre usar limas de grano fino.
Las limas de grano grueso lastimarán mucho tus uñas haciendo que se quiebren.
Dales el acabado que más te guste: punteagudas, cuadradas o redondeadas.
Por cierto, nunca limes los laterales de las uñas ya que estos se inflaman.
Hacer un pulido sobre la lámina de la uña con un bloque pulidor, de forma suave, ayudará a que el esmalte tenga un mejor agarre.
Además, recordá limar las uñas siempre en la misma dirección.
4. ¿Mantenes una limpieza adecuada?
La correcta higiene previene infecciones en las uñas.
El esmalte adhiere muchísimo mejor sobre uñas sanas y limpias.
Luego de limarlas y pulirlas, lo mejor es aplicar con un algodón un poco de quitaesmalte para retirar cualquier resto de polvillo.
El polvillo hace que el esmalte no adhiera correctamente.
5. ¿Aplicas Base Coat?
La Base Coat crea una barrera entre el esmalte de uñas y la uña evitando manchas. Además actúa como un fijador del esmalte de uñas manteniéndolo en su lugar.
Una capa fina alcanza.
6. ¿Aplicas el esmalte de forma correcta?
Las uñas no deben empezar a pintarse desde cualquier parte de la misma.
La forma correcta es esmaltar primero el centro de la uña, desde la base hacia el extremo, luego esmaltar un lateral y finalmente el otro lateral.
No es conveniente pasar muchas veces el esmalte ya que puede quedar pastoso y dar aspecto veteado.
La cantidad correcta de esmalte a aplicar es la que te permita cargar el pincel y que de una sola pasada puedas hacer una línea desde la base hasta el extremo.
Con 2 capas alcanza bien.
Además, si las uñas están en mal estado u enfermas, es recomendable no esmaltarlas. Podría causarse infecciones o algún otro tipo de enfermedad.
Es mejor hacerlo cuando esten sanas y por favor, consulta a tu médico dermatólogo para que te guíe en un tratamiento correcto para que sanen.
7. ¿Aplicas Top Coat?
Siempre hay aplicar una fina capa de Top Coat para que tu esmaltado dure más tiempo. Este actúa como barrera protectora contra golpes u agentes físicos y químicos protegiendo también tus colores.
8. Ratonear el esmalte
A veces el esmalte no está en la mejor de sus condiciones... tiene grumos o está algo seco... ¿que hacemos entonces?: Le incorporamos un poquito de quitaesmalte para "revivirlo". Esta práctica no es adecuada, ya que justamente, el quitaesmalte es un removedor y por lo tanto no habrá una adherencia correcta del esmalte a la uña saltándose de inmediato.
Aplicarlo cuando está seco (porque tiene mucho tiempo con nosotras o porque lo dejamos al sol o mal cerrado) es una mala práctica ya que veremos pequeños grumos por todo el largo de la uña que le dan un aspecto muy malo.
9. Impaciencia: ¿Esperas el tiempo suficiente?
Todo el proceso es importante y el secado no es un detalle menor.
Si alguna de las capas no queda realmente seca, es muy posible que el esmalte se corra.
Para evitar esto hay sólo una solución: Relax y Paciencia.
Si bien las formulaciones muchas veces son de secado rápido, el mismo depende de varios factores, como:
- Temperatura y humedad del ambiente.
- Volumen de esmalte aplicado: a mayor carga de esmalte en el pincel, más tardará en secar.
- Estado del esmalte (si fue expuesto a calor durante un tiempo, arruina el producto, por lo que puede tardar más en secar).
10. Agitar el frasquito
Agitar el frasco de manera incorrecta hace que los componentes del esmalte no se suspendan bien. Los mismo no se encuentran disueltos, y por ello es que hay que agitarlo.
La forma correcta de agitarlo es la siguiente:
- Abrir y cerrar el frasco para que se incorpore aire
- invertirlo y colocarlo entre ambas palmas de las manos
- Agitar con un movimiento que simule el encendido de una fogata con una vara de madera por el tiempo que consideres necesario, con movimientos suaves (no enérgicos)
- ¡Listo!